miércoles, 3 de julio de 2019
Algo muy personal.
El 29 de junio de 2019 murió mi padre. Han pasado unos cuantos días y ahora, en este momento, tengo la necesidad de hablaros, a vosotros, mis amigos. Todavía lloro su pérdida. Aunque su muerte era una muerte anunciada, estaba convencida de que viviría más pues mi amor así lo deseaba. Sin embargo murió, para mi de improviso. He aprendido que nunca se tiene el tiempo suficiente para despedirse de una persona tan querida. El llanto es inmenso. Y es que lo añoro.
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